domingo, 10 de julio de 2011

Que la fuerza te acompañe


La célula muscular tiene la característica del todo o nada: o se contrae, o no se contrae. Depende de si le llega estímulo eléctrico para que lo haga. A más estímulo eléctrico, más células musculares se activan y, de forma proporcional, más fuerza se genera.

El hecho de estimular una célula provoca que ésta se desarrolle en la dirección de las características del tipo de estímulo: mejora de sus cualidades aeróbicas o de las anaeróbicas. Sin embargo, la falta de estímulo provocará una progresiva inhibición y atrofia de las células no activadas, con la consiguiente pérdida de potencial.

La realización de un ejercicio repetitivo y constante como es el de la carrera va a provocar un continuo estímulo, de las mismas características, sobre unas fibras musculares determinadas, con la consiguiente adaptación de éstas al tipo de entreno realizado (en éste caso mejora de los sistemas aeróbicos), con progresiva inhibición y atrofia de las que no se “solicitan”.