Son numerosos los atletas populares que pasan por la consulta, con la determinación de realizarse una prueba de esfuerzo, para conocer cuál es su nivel de condición física y de salud actual, de cara a correr en alguna prueba de larga distancia. Y quizá lo duro no es la realización de la prueba en sí misma, sino el momento de la entrega de resultados, y no porque salte alguna liebre respecto del estado de salud, sino porque se pone de manifiesto una inadecuada programación de intensidades en el entrenamiento.