Un día pasa un deportista a la consulta y dice: Doctor, ¿qué me puedo tomar? No voy cara adelante, entreno y entreno y no mejoro, cada vez me veo peor, intento esforzarme más y más, pero cada vez estoy peor. Estoy nervioso, me despierto por las noches, estoy cogiendo peso –y eso que no como casi-, estoy de mal humor, me siento frustrado.
Una vez analizada la situación de forma pormenorizada, me encuentro con un sobreentrenamiento de libro: intensidades de entrenamiento excesivas, falta de carbohidratos en la comida, ausencia o mala ejecución de trabajos de acondicionamiento físico general (elasticidad, fuerza, técnica, etc.), exceso de competiciones, falta de trabajo de recuperación, etc.