jueves, 21 de noviembre de 2013

Los Umbrales

Desde el punto de vista de las disciplinas aeróbicas, el consumo máximo de oxígeno nos hablaría del tamaño de balón, y los umbrales de lo hinchado que está. Los umbrales van a determinar cual puede ser la máxima “velocidad crucero” que se puede mantener en dependencia de la distancia (o tiempo) a recorrer.

Según la intensidad del esfuerzo, el músculo utiliza de forma prioritaria una vía metabólica (combustible) u otra. Podríamos definir los umbrales como los cambios que se producen en nuestro organismo como consecuencia de utilizar un combustible u otro.

Desde la aparición de este concepto a finales de los años 50 e inicios de los 60 ha habido diferentes corrientes para definirlos, con solapamiento de las distinta definiciones, en dependencia de la escuela de la que proceda la definición (americana-europea, alemana-francesa), y con ello, distintas maneras de definirlos, incluso utilizándose el mismo nombre para los dos umbrales, y eso ha acarreado un importante batiburrillo de definiciones.

Básicamente el músculo utiliza tres vías metabólicas: grasas, carbohidratos por vía aeróbica, y carbohidratos de forma anaeróbica.
El umbral aeróbico marca el paso de trabajar preponderante con grasas como fuente de energía, a trabajar con carbohidratos (se inicia la producción de ácido láctico).
El umbral anaeróbico marca la zona en la que el sistema anaeróbico se hace más principal que el aeróbico en la provisión de la energía (el ácido láctico se acumula).

lunes, 21 de octubre de 2013

El consumo de oxígeno

Se ha hablado mucho y sigue estando en primera línea el tema de la importancia del consumo de oxígeno en relación a la práctica deportiva. Y en verdad que es una cuestión capital en relación al rendimiento deportivo, pero en parte sobrevalorado.
Para mantener las células vivas, en actividad, éstas requieren de la presencia de oxígeno para realizar la mayoría de los procesos que en ella discurren. Por tanto, cuanto mayor actividad celular, mayores requerimientos de oxígeno se tendrán.
A partir aquí surgen 2 situaciones:
1.- ¿Qué cantidad de oxígeno necesita cada sujeto para realizar un trabajo concreto?
2.- ¿ Cuál es la máxima cantidad de oxígeno que un organismo es capaz de aprovechar?
De la primera pregunta formulada, cantidad de oxígeno que se requiere para la realización de un trabajo en concreto, se desprende el concepto de la economía de trabajo. Será mejor gastar menos que más oxígeno para una actividad, en el caso del deporte, p.e. para ir una velocidad dada, ya sea corriendo, en bici, remo, nado, etc.
Su mejora va a depender de distintos factores, todos ellos interrelacionados:
Técnica
Tono muscular
- Aprovechamiento adecuado de los sistemas energéticos más “económicos” (grasas-carbohidratos en vía aeróbica).

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cena pobre en carbohidratos

De forma recurrente se reactivan ciertos mitos o modas en los ambientes deportivos. Uno de ellos es el de que la toma de carbohidratos durante la cena “engorda”.  Analicemos un poco el tema.

La idea que se maneja es que si durante la noche no se gasta, por qué meter gasolina de alto octanaje, ya que se terminará guardando como grasa por tratarse de un excedente de energía. Lo que no se tiene en cuenta que, sí se ha gastado durante el día, y puede estar pendiente de reposición. En términos dietéticos la cena debería ser en buena medida una compensación y reequilibrio de lo ingerido el resto del día (partiendo de la base de que el resto del día ya se come “razonablemente equilibrado”). Debe ser un ejercicio de compensación para mantener las proporciones óptimas de los distintos nutrientes (carbohidratos-proteínas-grasas), micronutrientes y minerales, a lo largo del día.

martes, 23 de julio de 2013

Descanso

Ahora que se acercan las vacaciones para una gran mayoría de los mortales, me parece oportuno hablar del descanso en relación al deporte o la actividad física.

En la vida diaria, existe una clara delimitación en la definición de los descansos, con el parón nocturno, el fin de semana, las fiestas trimestrales o las vacaciones de verano.

Pues algo parecido se debe hacer en relación a la actividad física. Más, no es necesariamente mejor. Muchas veces asociamos de forma errónea, el entrenar duro con la mejora del rendimiento, la sensación de fatiga con el necesario “desequilibrio” que nos produce una adaptación. Sin embargo, para una correcta adaptación nuestro organismo requiere de sus tiempos, y esto incluye el suficiente para una correcta reposición y “remodelado”.