Ahora que se acercan las
vacaciones para una gran mayoría de los mortales, me parece oportuno hablar del
descanso en relación al deporte o la actividad física.
En la vida diaria, existe una
clara delimitación en la definición de los descansos, con el parón nocturno, el
fin de semana, las fiestas trimestrales o las vacaciones de verano.
Pues algo parecido se debe hacer
en relación a la actividad física. Más,
no es necesariamente mejor. Muchas veces asociamos de forma errónea, el
entrenar duro con la mejora del rendimiento, la sensación de fatiga con el
necesario “desequilibrio” que nos produce una adaptación. Sin embargo, para una
correcta adaptación nuestro organismo requiere de sus tiempos, y esto incluye
el suficiente para una correcta reposición y “remodelado”.