De forma recurrente se reactivan
ciertos mitos o modas en los ambientes deportivos. Uno de ellos es el de que la
toma de carbohidratos durante la cena “engorda”. Analicemos un poco el tema.
La idea que se maneja es que si
durante la noche no se gasta, por qué meter gasolina de alto octanaje, ya que se
terminará guardando como grasa por tratarse de un excedente de energía. Lo que
no se tiene en cuenta que, sí se ha gastado durante el día, y puede estar
pendiente de reposición. En términos dietéticos la cena debería ser en buena
medida una compensación y reequilibrio de lo ingerido el resto del día
(partiendo de la base de que el resto del día ya se come “razonablemente
equilibrado”). Debe ser un ejercicio de compensación para mantener las
proporciones óptimas de los distintos nutrientes (carbohidratos-proteínas-grasas),
micronutrientes y minerales, a lo largo del día.