La incidencia de eventos de muerte súbita (MS) en el
entorno deportivo es relativamente infrecuente, aproximadamente de 1.5-2
casos/100.000 practicantes, pero con una alta difusión mediática que genera
alarma social. Por otro lado, por tratarse de un hecho que ocurre durante la
realización de una actividad de tiempo libre, voluntaria y en teoría con el
objetivo de ganar salud, refuerza la idea de que algo se debería hacer para
evitarlas/prevenirlas, sobre todo por eso, porque buena parte de ellas podrían
ser evitables.
Pero supongo que, por defensa de la privacidad
(concepto americano), o por la decisión de quién asume los costes de
realización (publico/privado, típica disyuntiva europea), no se terminan de tomar
medidas efectivas de prevención.