Deporte y Coronavirus 5
El uso de mascarilla
durante el entrenamiento puede tener su interés desde el punto de vista de la
prevención. No olvidemos el efecto limpiaparabrisas ya descrito.
No obstante, como en
general, no todos los modelos son igual de válidos, tanto desde el punto de
vista de la prevención de infección (las adecuadas serán tipo FFP2 o superior), como en este caso el
de la capacidad de permitir el paso de la cantidad de aire requerido sin
necesidad de esfuerzo extra.
La mascarilla deberá tapar
nariz y boca, llegando hasta el mentón, siendo ideal que disponga de varias válvulas
filtrantes ya que no sólo son más adecuadas desde el punto de vista de la
prevención de infección, sino que admiten mayores flujos de paso y su lavado
posterior al uso.
La sensación de
restricción al flujo va a existir siempre que se interponga cualquier barrera
entre nosotros y el aire exterior. Eso es algo que tenemos muy observado desde
los laboratorios de esfuerzo, donde se utilizan máscaras para poder medir los
gases respirados. Estas tienen una limitación al flujo a partir de
aproximadamente los 250 litros/minutos, a lo que muy pocos deportistas de alto
nivel podrán llegar en situación de esfuerzo máximo. Sin embargo, una cantidad
no despreciable de pacientes/deportistas se quejan e incluso abortan la
valoración por referir esa sensación de falta de aire incluso ante esfuerzos
relativamente bajos.
Aun así, al uso de
mascarilla durante la actividad física se le puede sacar un beneficio
colateral, que es el del entrenamiento de la musculatura respiratoria por tener
que realizar ese pequeño, pero regular, esfuerzo extra.
Luis García del Moral
Medicina de la Educación Física y Deporte
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